jueves, 19 de abril de 2007

De El Cairo a Londres: encuentros y desencuentros


Me marché a El Cairo en 1993 como Lector de español a la universidad, lleno de ilusión y con muchas ganas de enseñar y acercarme a la lengua y a la cultura egipcia.
Recuerdo que cuando llegué me sentí muy atraído por la lengua y enseguida me planteé que tenía que intentarlo. Era incómodo que la gente en la calle de entrada te hablase en inglés por el hecho de pensar que un extranjero habla inglés y enseguida me aprendí la frase, en árabe "No hablo, inglés. Soy español y estudio árabe". Las reacciones al escuchar estas palabras eran siempre buenas, sonreían y me ayudaban a hacerme entender.
Aprendí a leer y a escribir con el profesor Ismail, un señor mayor que venía a casa y nos enseñaba a un compañero y a mi la fonética además de los diferentes trazos de cada letra. Era muy interesante aquel cuadernillo para niños con el que aprendí a escribir de izquierda a derecha, donde todo era más fácil escribiendo cada letra sobre una línea de puntos. El profesor pretendía enseñarme árabe clásico porque él consideraba que la lengua oral hablada no era tan importante. Bueno, yo pensaba todo lo contrario y lo que hice fue aprender el árabe que todo el mundo hablaba. Me matriculé en un centro de idiomas, el ILI, donde se enseñaba con mucha práctica oral y fui aprendiendo además con todas las situaciones que vivía a diario. Con la práctica continua durante los tres primeros años aprendí mucho porque siempre conectaba muy bien con la gente y eran muy cooperativos. A través de la lengua aprendí a situarme dentro de la sociedad de una forma más próxima a la cultura y a actuar de forma esperada en cada momento, y eso hacía que me sintiera mejor en el país. Mi mejor escuela fueron las situaciones a las que me enfrentaba cada día, que hizo que desarrollara muchas estrategias de comunicación e interpretación. Los viajes y las amistades que hice me dieron mucha seguridad en el uso de la lengua, aunque sabía que tenía grandes lagunas de la gramática del árabe clásico (lengua escrita)
Mientras aprendía el árabe hablado, me matriculé en varios cursos de inglés en el British Council hasta llegar al nivel intermedio. Era una lengua que conocía poco, pero tuve profesores muy buenos. En aquellas clases se practicaban todas las destrezas y había mucha comunicación, lo bueno es que también podía practicar el egipcio con mis compañeros en las pausas.Era curioso lo cerca que me sentía de aquella cultura en el modo de comunicarse y esto hizo que me integrase. Prueba de ello es que continué enseñando español en Alejandría durante dos años sucesivos y de allí me trasladé a vivir en Amman.



En el 2003 me trasladé a Londres, una ciudad interesante pero difícil para un mediterráneo. Mi experiencia aprendiendo inglés fue algo particular porque desde el principio no tuve mucha necesidad de hablarlo.Primero, enseñaba español, mis compañeros eran españoles y claro no tenía un contexto muy adecuado.

El ritmo de vida, las distancias culturales, la forma de relacionarse hacían muy difícil que progresara en inglés. Pensé que ir a International House podría ser una excusa para aprender más y relacionarme con otra gente. La verdad es que la experiencia fue muy buena, y tuve a un profesor muy activo, Rob, un señor que tenía muchas cualidades para enseñar. Lo que más me gustaba de él era que confiaba mucho en nosotros y eso hacía que nos atreviéramos a hacer cualquier tarea. Además de esto, valoraba mucho a los estudiantes y nos transmitía mucho afecto y respeto. Recuerdo que hacíamos muchas actividades para explicar gramática haciendo unos carteles en grupo que luego colgábamos en la pared y cada grupo explicaba al resto de los grupos. Había mucha interacción, todo lo explicaba en inglés con muchos ejemplos y no escribía tanto en la pizarra. Conocí a gente de otros países y lo bueno era que después de clase íbamos al pub a tomar una cerveza y conversar en inglés. Sabíamos todos que nuestro acento no era perfecto , pero siempre aprendíamos cosas unos de otros y lo mejor es que nos sentíamos bien.

Me pareció interesante vivir en Londres, pero me hizo pensar mucho sobre la comunicación y la diversidad cultural, nunca me había sentido tan lejos de aquella cultura.

3 comentarios:

Gilmar Ayala Meneses dijo...

Adaptación e integración. Además de la motivación, Mario, creo que has acertado en otro punto fundamental para el aprendizaje de una lengua: la adaptación y la integración. El hecho de que usaras una frase como "No hablo, inglés. Soy español y estudio árabe" te abrió las puertas para una pronta adapatación e integración en el ámbito del aprendizaje del árabe. En realidad, Mario, desde ahora utilizaré tus palabras a manera de consejo: pediré que me hablen en catalán.

SilviaPrieto dijo...

Muy interesante tu historia en El Cairo; la verdad es que em parece asombroso que aprendieras árabe tan pronto y además sabiendo que el árabe que se estudia es el clásico y que una vez allí en cada sitio hay un dialecto diferente.

Yo he estudiado algo de árabe pero la verdad es que no se puede decir que sepa mucho, más bien nada. De todas maneras ya en mi blog a colación d elo explicado hoy en clase os contaré la historia de mi "no aprendizaje" del árabe.

En cuanto a tu estancia en Londres tengo que decir que la afluencia masiva de españoles en la capital inglesa nos dificulta el aprendizaje del inglés porque siempre estamos hablando español; es un problema la verdad...yo vaya a donde vaya en cualquier parte del mundo siempre me encuentro con españoles; tengo una especie de imán, osea, un complot contra mí para que no aprenda idiomas...:DDD

laelerabey dijo...

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