viernes, 1 de junio de 2007

¿Examinarse o examinar?











" Los juicios que hacemos de los otros dicen lo que somos nosotros mismos"

( Arturo Graf, 1848- 1913)


Examinarse o examinar son dos acciones que he experimentado en diferentes momentos de mi vida. Examinarse es = noches estudiando o conversaciones con los compañeros comentando qué podía caer en el examen, interminables horas en el aula contestando a las preguntas. En aquella época los exámenes eran una nota, una calificación que había que conseguir para aprobar los cursos y poder ir a la universidad. Una vez en ella te persiguen de tal manera que se te empieza a poner cara de libro y moreno de flexo. Eso sí, llega el momento en que estás tan acostumbrado a ellos que ya no te estresas tanto y te vuelves más tranquilo, tenaz y seguro.

Años más tarde, cuando empecé a dar clases de español a extranjeros tuve que examinar y entonces comprendí el complejo referente que había detrás de aquel verbo: pensar en qué y cómo iba a evaluar a mis alumnos, a mí, a mis clases, a los materiales, a la metodología, al diseño curricular, qué complejo, demasiada carga. Afortunadamente el significado de estos verbos en la enseñanza de L2 han cambiado bastante y ahora la evaluación se concibe en el proceso donde el alumno está muy implicado y no se contempla como un objetivo final, una nota.

Si pienso en el examen más largo y sofisticado que he hecho de un idioma es sin lugar a dudas el nivel 2(2nd degré) del DELF (Diplome d' Etudes en Langue Française) con una serie de pruebas escritas (comentario de un texto y expresión escrita ) y una prueba oral. Recuerdo que fue largísimo y era difícil. Este examen tenía diferentes tipos de ejercicios y no estaban del todo claras las instrucciones para cada prueba y la forma en que se contestaba. Como era la primera vez que me presentaba y no había hecho ningún curso de preparación salí muy desconcertado del examen. Lo que sí recuerdo muy bien es que en la prueba oral me cayó un texto periodístico que tenía que leer para comentarlo delante de un tribunal. Me acuerdo que el texto era muy específico, trataba sobre una peregrinación a un lugar santo para el Islam en Siria. No conocía toda la información sociocultural que rodeaba a este hecho, y claro no pude contestar a algunas preguntas porque la respuesta no estaba en el texto. Tengo que aclarar que la prueba la hice en Alejandría y muchos de los textos hacían referencia al contexto de los alumnos. Era evidente que mi conocimiento del mundo oriental era limitado, ¿se me examinaba de orientalismo o de francés?

El examen de lenguas más importante que he vivido ha sido el DELE (Diploma de español como lengua extranjera) y me ha hecho pensar en muchas cosas que tienen que ver con todo lo que rodea a la evaluación.Tuve que examinar durante seis años en dos convocatorias anuales.
Antes de ser examinador hay que estar familiarizado con los tipos de pruebas escritas y orales, ver cómo se administran, conocer qué funciones tienes (vocal o presidente) y los criterios para evaluar la prueba oral. En los centros en los que he examinado lo que hacíamos los profesores era administrar las pruebas escritas en una jornada maratoniana desde las 8 de la mañana hasta las 13. 30 y por la tarde comenzábamos las pruebas orales que normalmente continuaban a lo largo del día siguiente. Como veis nuestra labor era examinar en las pruebas orales y las escritas las enviábamos desde los centros del I. Cervantes a la Universidad de Salamanca para que las corrigiesen.
Estas pruebas se celebran cada año en noviembre y mayo. Es increíble la cantidad de gente que se presenta, incluso en países como Grecia el I. Cervantes se ve obligado a alquilar salones en hoteles para recibir a todos los candidatos matriculados.
Las veces que he impartido cursos de preparación para el DELE me han llevado a reflexionar sobre los tipos de pruebas, los ítems, etc. Son cursos muy importantes para pasar las pruebas ya que tienes que familiarizar a los estudiantes con las pruebas y enseñarles estrategias para enfrentarse a cada prueba. De hecho salió un libro en el 2005 en la editorial Edinúmen de preparación para el DELE " El Cronómetro" que ofrece actividades de preparación, análisis de resultados, recursos para la preparación y algunos consejos prácticos.
La visión que me ha dado la enseñanza sobre lo que supone hablar un idioma ha hecho que vea muy de cerca la complejidad de la evaluación. Me gustaría acabar con algunas reflexiones como profesor de E/LE:

- No hay que olvidar la diferencia entre Medición ( resultado de asignar números a los fenómenos, objetos, personas) / Evaluación ( añadir un juicio de valor al resultado de una medición) En la evaluación el profesor tiene en cuenta el desarrollo de las subcomptencias en todas las destrezas, el grado de implicación en el aprendizaje desde el principio del proceso hasta el final. Es muy importante que el profesor comente con los alumnos los resultados que ha obtenido en cada destreza y los anime a seguir trabajando las que necesita desarrollar más.


- Los centros educativos deben homogeneizar criterios de evaluación y redactar especificaciones de las pruebas que contengan qué se evalúa y con qué criterios para que todo el profesorado evalúe de la misma forma.

-Las pruebas tienen que pilotarse y someterse a un análisis estadístico de los resultados para poder validarlas y que puedan ser fiables.


-Los alumnos deben saber desde el principio qué y cómo se les evalúa para que sean más conscientes y responsables de su aprendizaje durante todo el proceso.

-Los alumnos tienen que autoevaluarse y evaluar las clases, los materiales, al profesor, para que el resultado sea más global y tengamos más información.

-Después de administrar una prueba, debería hacerse una corrección y comentario con los alumnos de todo lo que hemos observado en el examen para que se convierta en una actividad más de aprendizaje o se incorporen los cambios necesarios para mejorar la prueba.

Y como última reflexión:

"He olvidado todo lo que me han enseñado, sólo recuerdo lo que he aprendido"

(Patrick White, The Solid Mandala)

martes, 15 de mayo de 2007

El aula ideal

El ambiente en el que aprendemos una lengua influye en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Ese espacio, el aula, es un lugar en el que nos tenemos que sentir cómodos.Por ello, debemos tratar de adaptar el mobiliario, los medios audiovisuales y todo tipo de tecnologías a las necesidades particulares del aprendiz y del profesor.
El aula mejor equipada en la que he estudiado un idioma era una en la que aprendí inglés, donde el profesor hacía uso de todo: las paredes, el suelo, la pizarra, etc. Solíamos colocar los carteles que elaborábamos en las paredes y luego los comentábamos en grupo. El suelo era de moqueta y podíamos extender tarjetas y dibujos para hacer actividades.
Lo que menos me gustaba eran las sillas de pala, porque a pesar de que se podían desplazar fácilmente de un lugar a otro, el tablero era muy pequeño para trabajar con varios libros. También disponía de material audiovisual: minicadena, vídeo y retroproyector. Lo más práctico era el retroproyector porque el profesor podía proyectar transparencias que había preparado previamente y nos ofrecía más posibilidades que la pizarra.
En las clases en las que me sentía más cómodo eran las que tenían mesas rectangulares colocadas en forma de U abierta dirigida hacía la pizarra, donde el profesor podía acercarse fácilmente a los alumnos, todos podían verse o cambiar de lugar.

La reciente incorporación de las TIC en el aula ha hecho que tengamos muchas más posibilidades y podamos usar la pizarra digital. Podemos ver sus posibilidades en este vídeo(cat.) en el siguiente vínculo: pizarra digital


Es increíble las múltiples posibilidades que nos pueden ofrecer las TIC para el aprendizaje de un idioma, desde el uso de materiales multimedia, juegos, etc. Prueba de ello es el siguiente vídeo, donde podemos visualizar un texto escrito en pleno proceso de redacción, sobre las posibilidades que nos ofrece Internet.




Por otro lado, la relación entre los compañeros es muy importante para que se cree un ambiente adecuado para el aprendizaje. Cuando los compañeros se conocen de cursos anteriores o se hacen amigos durante las clases hay una mayor complicidad entre ellos que hace que el ambiente sea distendido y cooperativo,donde nunca falta el sentido del humor. Todo esto facilita la comunicación entre los grupos, la creatividad, etc. y hace que se reduzca la ansiedad y el miedo al ridículo. Por el contrario cuando el grupo no conecta bien, el ambiente en clase es más rígido y es mucho más difícil que haya interacción porque tienden a trabajar de forma más individual.
Los horarios tienen que estar adaptados a las necesidades de los estudiantes. En los cursos de mañana hay un clima de trabajo más activo que en los cursos que se imparten en un horario por ej. de 19.00-21.00 h. porque normalmente los estudiantes llegan más cansados al aula después de finalizar su jornada laboral. Creo que lo ideal es el horario de mañana o a mediodía
Por lo general nunca me gustó la idea de recibir o dar cursos intensivos. Por mi experiencia dando cursos de español intensivos puedo decir que muchos alumnos no podían asimilar todos los contenidos porque no disponían de tiempo suficiente para estudiar diariamente y no avanzaban. Solamente he tenido buenas experiencias impartiendo español en Londres en un tipo de cursos que los británicos llaman "crash courses". Se trataba de grupos de empleados en una compañía, la cual les concedía una semana libre para que aprendieran español. El horario consistía en tres horas por la mañana (10- 13h.) y tres horas por la tarde (14- 17h.), de lunes a viernes. Los estudiantes estaban muy motivados porque notaban un gran progreso en tan poco tiempo ya que estaban expuestos a la L2 muchas horas y además solíamos dar el curso entre 4 profesores. Eran cursos muy buenos para principiantes, pero es evidente que después de una semana (30 horas), lo más conveniente para ellos eran los cursos regulares de 60 horas, de tres veces por semana, con clases de 2 horas.

viernes, 11 de mayo de 2007

¿Conducta o mente en el aula de L2?


"La psicología es una ciencia, y la enseñanza es un arte; y las ciencias nunca generan artes directamente fuera de sí mismos. Una mente inventiva intermedia debe hacer ese uso, usando su originalidad."
(William James, 1899)

La cita de este filósofo y profesor de psicología norteamericano nos hace reflexionar sobre la importancia de la capacidad mental y la individualidad en el aprendizaje. Estas ideas se alejan bastante de los comentarios que hacen algunos profesores de segundas lenguas cuando alguien les plantea: ¿ para qué nos servirá estudiar la mente ? y responden: "Oye, que somos profesores, no psicólogos y además lo que pasa en la mente del alumno no es observable" Parece que hemos olvidado aquella máxima de Sócrates "Pienso, luego existo", que aplicada a nuestro contexto educativo, podría ser "Pienso, luego aprendo"

Las teorías psicológicas que dominaron mi experiencia aprendiendo lenguas han sido: el conductismo, el cognitivismo y el constructivismo.

Mis profesores de francés en el bachillerato usaban un método estructuralista y ahora puedo decir que creían firmemente en el conductismo. Recuerdo que en las clases hacíamos actividades repetitivas basadas en modelos de lengua, convencidos de la teoría del estímulo - respuesta. El profesor cuando comprobaba que nuestras respuestas al ejercicio eran correctas, nos daba un refuerzo positivo, pero si había errores los consideraba como algo muy negativo. Siempre me centraba en las puras formas gramaticales pero a veces nos surgían dudas que no sabíamos contestar, incluso habiéndo hecho bien la transformación del modelo.

Era un aprendizaje muy pasivo, nunca se consideraban nuestras aportaciones en clase y el profesor no proponía actividades creativas. Prueba de ello es que esta fase era = conducta= aburrimiento, desinterés.

Por suerte mis profesores de inglés en el British Council usaban un método comunicativo y todo era totalmente distinto. La primera profesora que tuve ponía en práctica muchas de las ideas del cognitivismo y del constructivismo. Estaba influida por el cognitivismo en su forma de presentar las actividades. En todas las destrezas siempre hacía actividades previas para que nuestras mentes se pusieran a funcionar y le interesaba mucho lo que nosotros producíamos. Recuerdo que insistía mucho en las diferentes formas de leer un texto dependiendo de nuestros objetivos y eso hacía que desarrolláramos muchas estrategias de aprendizaje. Esta fase era = mente inquieta, donde me daba cuenta que había muchas cosas en este tipo de enseñanza que me hacían reflexionar sobre cómo nuestra mente percibe, almacena y organiza lo que aprende. Me parecía muy interesante aprender de los demás, ver cómo construíamos nuestra interlengua.

Las teorías psicológicas con las que más me identfico son el interaccionismo social y el constructivismo. Mis mejores experiencias aprendiendo lenguas siempre han sido en grupos en los que había un buen ambiente de trabajo y eso siempre hizo que hubiera una gran motivación. En las clases en que he trabajado con actividades comunicativas, siempre he aprendido mucho de mis compañeros y ese conocimiento era muy amplio (lingüístico, metalingüístico, léxico, etc.) Además de ello, siempre me ha gustado la creatividad en el grupo y ese ambiente cooperativo entre todos que hace que vayas construyendo tu conocimiento con ayuda de todos. Como profesor de ELE me encuentro muy cómodo trabajando con tareas en clase, el hecho de que haya todo un proceso para llegar finalmente a crear algo que pudieran realizar en su vida cotidiana me motiva mucho y me parece más real.

jueves, 10 de mayo de 2007

Tradiciones y metodologías

Afortunadamente la metodología en la enseñanza de lenguas ha evolucionado rápidamente, sobre todo desde mediados del S. XIX porque de no ser así habríamos terminado "hablando como un libro". En aquella época se usaba el método de gramática -traducción en la enseñanza de las lenguas clásicas, donde lo importante era el código escrito, la literatura, y se olvidaba completamente la lengua oral. Esta situación cambia con los flujos migratorios, sobre todo a Estados Unidos, entonces se hace necesario enseñar un idioma rápidamente a un gran colectivo, en su mayoría con pocos conocimientos gramaticales. Estos individuos no necesitaban la lengua escrita, sino que tenían que aprender a hablar para comunicarse en el país de acogida. En ese momento surge el método directo, así pues desde esa época el inglés ha tenido una tradición más rica en la importancia de la comunicación oral hasta llegar al enfoque comunicativo.
El francés ha tenido una gran tradición metodológica basada en el estructuralismo y en la importancia de la lengua escrita. Hasta hace pocos años enseñaba con textos literarios y se olvidaba el uso cotidiano de la lengua en la comunicación.
En cuanto al español hasta mediados de los 80 se seguían los pasos de lenguas como el francés ya que se usaba el método estructuralista y claro está que durante mucho tiempo también se usaba el de gramática - traducción. Sin embargo la importancia del español como lengua de comunicación internacional ha dado lugar a una serie de congresos, materiales, diseños curriculares cada vez más elaborados, partiendo de un enfoque comunicativo. Además de ello, la labor del profesorado en los centros del Instituto Cervantes, escuelas oficiales de idiomas, centros que imparten español en todo el mundo ha impulsado una constante reflexión sobre cuestiones metodológicas pensadas para el aula de ELE. Gracias a todo ello, hemos pasado de una enseñanza centrada en los contenidos a una enseñanza basada en el proceso, donde lo que nos importa es enseñar al aprendiz a comunicarse y a ser lo que M. Byram llama "hablante intercultural", aquel que es capaz de entender la diferencias entre su cultura y la que está aprendiendo.

lunes, 23 de abril de 2007

De los libros a la acción

En la secundaria mis profesores de francés usaban métodos estructuralistas, y parece ser que era una tónica muy extendida. Era evidente que ellos creían en los principios del estructuralismo estadounidense, de base conductista y esto se reflejaba en su metodología. Para empezar todos los profesores que tuve estaban centrados en el libro "La France en directe" donde nos enseñaban a repetir o transformar modelos para que aprendiéramos sus estructuras. Parecía que nosotros no tuviéramos intereses y claro, lo que venía en el libro era lo importante.
En clase seguíamos el esquema mecanicista: imitación - repetición - memorización y la verdad es que era bastante aburrido hacer tantos ejercicios repetitivos, aunque ya incluían la comprensión auditiva y se daba más importancia a la lengua oral. A pesar de ello, no hacíamos ninguna actividad creativa donde tuviéramos que hablar de nosotros, de nuestros intereses, opiniones, o incluso hablar de temas de actualidad.

Por fin llegó el momento de pasar a la acción y salir un poco de los libros.Recuerdo mis clases de inglés del British Council de El Cairo, eso si que eran clases comunicativas.
Los profesores, desde el principio nos proponían realizar actividades comunicativas y había mucha práctica oral. Sentía que aprendía mucho mientras interpretaba por el contexto todo lo que ocurría y lo que más me gustaba eran las actividades en grupo. Observaba las clases con atención y me fijaba también en formas de trabajar las destrezas para luego aplicarlas en mis clases de español como segunda lengua. Los profes usaban un método comunicativo basado en una concepción de la lengua donde lo más importante era el desarrollo de la competencia comunicativa y satisfacer las necesidades comunicativas de los alumnos. Lo más práctico era la idea de enseñar funciones comunicativas en una situación determinada y aprender a usar la gramática para esos fines. Esto me pareció la clave para ver que si no pasábamos a la acción, a hacer actividades que fueran reales en situaciones comunicaticas cotidianas no aprenderíamos nunca a usar bien la lengua oral.
La metodología en la que me siento más cómodo es el enfoque por tareas. En algunas clases en International House en Londres, el profesor seguía un enfoque comunicativo y conseguía una gran interacción. Siempre hablábamos en grupo de nuestras experiencias personales, relacionadas con el tema del libro. A veces él proponía pequeñas tareas y funcionaban muy bien. Éstas me hacían pensar en todo el proceso de aprendizaje mientras las realizaba, y al acabarlas me sentía muy satisfecho. Una de las veces la tarea era descubrir la gramática: las condicionales. Primero el profe trajo muchas gramáticas, nos dividimos en grupo y nos dijo cuál era el producto que había que crear: diseñar un cartel explicativo con un tipo de oración condicional. Todos nos pusimos a consultar aquellas gramáticas, leímos la información y escribimos otros ejemplos que explicasen bien un tipo de condicional. Después de acabar el cartel, cada grupo lo colgaba en la pared y un portavoz explicaba a los otros cómo funcionaba ese tipo de condicional. Era muy interesante acercarse a ver el cartel de cada grupo porque se generaban muchos comentarios, y lo que importaba no era conseguir elaborar un producto sino el proceso por el que habíamos pasado, donde todos aprendíamos de todos con mucha motivación.

"Marhaba" significa "Marhaba" en árabe

Cuando vivía en Ammán, descubrí que tenía muy cerca de casa el centro cultural turco. Un día me acerqué para preguntar si daban clases. En aquella época me atraía mucho la idea de aprender esa lengua, y enseguida que se abrió un curso me matriculé. Recuerdo mi primera clase perfectamente. El profesor era nativo y claro, eso aumentaba mis expectativas. En clase éramos unas diez personas, todos de procedencia árabe, excepto yo. Primero nos repartió unas fotocopias y comenzó la clase. Nos presentó el alfabeto y la pronunciación; enseguida se puso a leer un diálogo en turco. Lo leyó dos veces mientras yo pensaba en la sonoridad de aquella lengua. Realmente estaba sorprendido porque estaba leyendo algo incomprensible. Tras la lectura se dirigió a nosotros y comenzó a traducir palabra por palabra del turco al árabe clásico(lengua muy formal). Yo no salía de mi asombro, sólo había comprendido que " Marhaba es Marhaba" (hola), porque la traducción a mi no me ayudaba. Yo hablaba árabe egipcio y no conocía casi el árabe clásico.

Era muy curioso que usara un material con textos orales, haciéndo énfasis en el método de gramática y traducción. Este profesor lo tenía bastante fácil porque solo tenía que exponer su sistema lingüístico, en cambio a nosotros nos daba todo el trabajo. Estaba totalmente centrado en la gramática y eso de la comunicación no lo conocía, ni se le había ocurrido que después de aprender a saludar, pudiera uno saludar al compañero y responder. Creo que confundía la idea de enseñar con la de familiarizarnos con una lengua.

Método de "Gomaespuma"

jueves, 19 de abril de 2007

Expectativas

La verdad es que me matriculé en esta asignatura porque es la que más se acerca a mi área de trabajo, la enseñanza de segundas lenguas. Creo que ahora la enseñanza del español está cambiando mucho y la introducción de las TIC ha hecho que la labor del profesor se amplie y se puedan introducir otro tipo de tareas y metodologías.
Creo que es muy interesante el planteamiento de la asignatura puesto que combina la reflexión de los propios procesos de cada uno de nosotros como aprendices de lenguas, junto posibles comentarios que puedan surgir sobre métodos de enseñanza o experiencias reales como profesores de lengua.
Por tanto espero que haya momentos de reflexión donde se discutan temas en los que cada uno podremos aportar algo, porque acercarse al aprendizaje de lenguas es hoy recorrer un camino en el que se ha avanzado mucho, pero siempre hay uno nuevo que se bifurca, ese que busca siempre el investigador.